UN FILOSOFO DE LA VIDA

Escribo estas palabras a una entrañable persona con la que compartí muchos momentos cuando estábamos estudiando en la Universidad de Valencia. Logramos crear una sinergia que para los dos fue muy positiva. Apoyo mutuo, que sin duda, nos llevó a alcanzar el título. Enrique solía decir, el aprobado y el suspenso están hechos para el estudiante.

Hace poco rememoramos algunos momentos desde que nos conocemos. Recuerdo el día que vino hacia mí en el autobús yendo a la facultad. Me "abordó", con esa sonrisa que le viene de serie y su fantástico Don de palabra. Nos presentamos, y partir de ese momento, Enrique y yo fuimos compañeros inseparables. 

Enrique trabajaba en una empresa de seguros y dirigía la pequeña división que había en Valencia. Ir a su despacho siempre era motivo de alegría. Era un despacho adelantado a su tiempo. Muchas cosas que he leído después de cómo debe funcionar una organización, ya se aplicaban, de forma espontánea -o no tan espontánea-, en aquel despacho. Su empresa, vendió esa división a una gran compañía. Cuando me lo contó tengo grabado lo que me dijo: "nos han vendido" y ahora pasamos a ser un número.

Comentamos la situación de aquel cambio, jamás he oído por parte Enrique ninguna queja. Supongo que encajaría algunos golpes, los aguantaría con clase, con una sonrisa, como él dice, había que remar. Se adaptó, puedo decir que venció. Hoy sigue allí hasta que se vaya o prescindan de él. 

Recordamos los duros momentos por los que pasó cuando su hijo estuvo ingresado dos meses en cuidados intensivos, luego también una operación muy complicada de su mujer. Lo llevó con admirable entereza, con naturalidad, mirando de frente, asumiendo que son cosas que pasan. 

Tenemos una celebración pendiente con nuestras mujeres, la celebración particular de nuestro título, que está en el aire demasiados años, ahora cuando pase la pandemia lo resolveremos. 

Enrique es un ejemplo a seguir. Persona de pequeños detalles, de pequeños momentos, de gran talla personal. Se considera muy afortunado, le gusta dar GRACIAS todos los días. Sabe disfrutar de cada momento, que como él dice: "le regala" la vida, desde una cata de vinos hasta un paseo, pasando por los moros y cristianos de su pueblo, cuando habla de esa fiesta, su cara es poesía, no se puede describir. Afronta la vida como le viene, día a día, en definitiva, un filósofo de la vida.




Comentarios

  1. Como tú y unos cuantos más entre los que me incluyo, Ximo. Como dice un amigo ciclista con una cola pierna "chavales, que no se os olvide que aquí no hemos venido a ser perfectos sino felices; y que la vida se debe y es posible disfrutarla"

    Un abrazo fuerte, y seguimos en ello

    Luis Marzo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog