LO QUIERO AHORA
Cenando con unos amigos salió a conversación el precio que pondría una empresa a un nuevo modelo de móvil que está a punto de lanzar al mercado. A partir de ahí empezamos a hablar de la impulsividad en algunos tipos de compras. Muchas veces compramos un móvil, ropa o cualquier otra cosa en el momento. Compramos sin pensar en la necesidad real de la adquisición.
Este consumo impulsivo, aparte del perjuicio económico que nos causa, la mayoría de veces inconscientemente, tiene otro perjuicio que es el medio ambiental. Compramos sin preguntarnos qué recursos estamos malgastando por cosas que realmente no necesitamos. Tenemos que ser conscientes de que los recursos son finitos y que cuanto más uso le demos a algo mejor para todos. En este sentido, toda la culpa no es del consumidor, las empresas, a través de los medios, especialmente tecnológicos, han modelado una sociedad de consumo desaforado.
La velocidad a la que se mueve todo, nos ha llevado a la fórmula del "lo quiero ahora". Esta velocidad hace que seamos "manipulados" por una publicidad y estereotipos que nos "utilizan" antes de que logremos entenderlos. Esta forma de consumo nos ha llevado a confundir, más bien prescindir del consumo necesario y responsable. El actuar así nos lleva a una gran dependencia de las compras y de la necesidad de dinero para atenderlas.
La vida actual se basa demasiado en el ahora, en el materialismo del momento, en la incapacidad de esperar, en no tener paciencia para conseguir las cosas mañana. Este modo de enfocar el día a día nos lleva a no ahorrar. Renunciamos a libertad y tranquilidad que da el ahorro para tomar decisiones, especialmente cuando nos quedamos sin trabajo o queremos cambiar el rumbo en nuestra vida.
Para poder atender este modelo de "urgencia" estamos obligados a trabajar y cobrar un salario. No atendemos ni a la planificación ni a los objetivos tanto personales como laborales. Hemos cambiado los conceptos, primero compramos, nos endeudamos y luego, cuando nos quedamos sin trabajo es cuando empezamos a pensar en solucionar los problemas y vienen las urgencias reales.
El lo quiero ahora, viene determinado por cómo queremos ser, es decir, aclarar nuestras ideas, determinar nuestros objetivos en la vida, tanto personales como profesionales, tareas todas éstas que hay que empezar cuanto antes porque su resultado llega día a día. Eso no quiere decir que durante el camino, no nos demos algún capricho a corto plazo, que también ayuda y da energía, mientras esperamos los resultados a más largo plazo.
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