CAPACIDAD DE ASOMBRO

Estos días, España se ha visto azotada por el temporal de nieve y frío llamado Filomela. Temporal que se recordará en el tiempo por su intensidad, y tal vez, pasen años hasta ver otro igual. Tanto los medios informativos como Internet nos han bombardeado de noticias e imágenes de todo tipo referentes al mismo. 

Si ahora cualquiera de nosotros fuera a Madrid, después de la información que hemos recibido nada de lo que pasa allí nos sorprendería demasiado, a pesar de la magnitud, pues ya lo hemos visto de antemano a través de los medios. A lo cual, habría que añadir que esas imágenes nuestro cerebro ya las ha procesado anteriormente porque esto mismo sucede en otras ciudades del mundo. 

Lo anterior me lleva a pensar que en la actualidad, gracias a la facilidad de acceso a la televisión y a Internet disponemos de una gran cantidad de información de toda clase, ya sea escrita, en fotos, en videos, etc. Ello hace que cualquier cosa que haya dondequiera en el mundo ya la hemos visto antes. 

Si viajamos a una ciudad o a cualquier otro lugar, antes de ir, si lo deseamos, podemos ver previamente lo que nos interesaba de esa ciudad o lugar. Llevamos la postal en la mente y lo único que nos falta es verla físicamente, con lo que se pierde gran parte del asombro que nos pudiera causar el viaje. Como ya lo hemos visto "casi todo" pocas cosas pueden asombrarnos.

Encontrar algo que nos sorprenda cada vez es más difícil. Cuando aparece una cosa nueva o desconocida hasta el momento, rápidamente, a través de los medios nos enseñan cómo es. Al haber visto las cosas previamente, da la sensación de que vivimos en un mundo de "segunda mano". Todo este conocimiento, hace que poco a poco vayamos perdiendo también la capacidad de imaginar como son las cosas. Nuestra mente lo ha descubierto todo antes que nosotros podamos verlo en la realidad. 

Para desarrollar una parte de nuestra personalidad no podemos perder la capacidad de asombro, si las cosas ya no nos sorprenden debemos buscar algo que lo logre. Alrededor nuestro hay mucho que, a pesar de no reparar habitualmente en ello, puede asombrarnos. Nuestra tarea diaria consiste en identificar aquello que lo logre. 

Sirvan de ayuda estas palabras de Albert Einstein: "Uno no puede dejar de asombrarse cuando contempla los misterios de la eternidad, de la vida, de la maravillosa estructura de la realidad. Es suficiente tratar de comprender un poquito de este misterio cada día; nunca perder esa sagrada curiosidad".


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