DIA DE LA MADRE
Como todos los años, el primer domingo de mayo se celebra el Día de la Madre. Día en que todos recordamos a nuestra madre, esa persona, si no las más importante, de las más importantes de nuestra vida. Día en que cada una de ellas merece un especial homenaje y reconocimiento por nuestra parte y, también, debería recibirlo de la sociedad.
Una madre es esa figura que, cuando somos pequeños, nuestro mundo gira a su alrededor. Desde que nacemos nos tutela, nos cuida y nos educa con las mejores intenciones. Vive para sus hijos. Lo hace porque desea el mejor futuro para ellos. Parece que el nacimiento de un hijo suponga aceptar una especie de contrato, llamémosle tácito, mediante el cual, ellas, aceptan unas MAYÚSCULAS obligaciones y tratan de marcar unas pautas para que nuestras vidas sigan unos cauces que saben adecuados.
Para que sigamos esos cauces, tienen la costumbre, sin desfallecimiento alguno, de "machacarnos" continuamente diciendo esto, lo otro y lo de más allá. Creo que es su forma de recordarnos que están ahí, vigilantes, aunque a veces no les hagamos caso y nos podamos sentir un poco agobiados. Esta insistencia en sus dictados es una forma de decirnos lo mucho que les importamos.
Este domingo es un día de agradecimiento a esa imagen que para cada uno de nosotros es ESPECIAL. Nuestra madre es la mejor del mundo. Es la persona que siempre está ahí, a nuestro lado, apoyándonos, ayudándonos en todo momento. Mientras una progenitora vive, sus hijos suponen una preocupación continua, una tarea que dura toda su vida. No hay ninguna madre que no esté orgullosa de sus hijos.
Hace tiempo, una señora no demasiado mayor, que había perdido a su madre, se sentía un poco apenada por no haber estado más tiempo con ella. Me dijo: "A los 10 años pensaba que mi madre era la persona que lo sabía todo, a los 16 años que era una anticuada y una pesada que no tenía ni idea de la vida y, a mis 45 años lo que daría por un consejo de mi madre. Desgraciadamente, yo ya no le puedo pedir consejos".
El Día de la Madre, es un día para recordarles lo maravillosas que son. Que estamos ahí, reconocerles todo lo que han hecho y hacen por nosotros. Decirles lo que les queremos. Un pequeño gesto como un regalo, una felicitación o una breve visita, es suficiente para que puedan disfrutar de lo que más quieren: SUS HIJOS.
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