OFICIOS MANUALES.

La mayoría de nosotros queremos que nuestros hijos vayan a la Universidad y estudien lo máximo posible sin querer entender que para algunos jóvenes esa no sea la mejor opción. Se nos ha o nos hemos inculcado los padres la idea de que nuestros hijos tienen que estudiar cuanto más, mejor, sin pararnos a pensar que una persona se puede pasar hasta prácticamente los 30 años estudiando y luego no encontrar un trabajo según su cualificación o que no le acabe de convencer lo que ha estudiado.

Socialmente, prevalece el Bachiller sobre la Formación Profesional, teniendo la idea de que a ésta sólo acuden los que no sirven para estudiar o incluso, hay quien piensa, que es gente de menor talento, lo que ha llevado a una total denigración de la Formación Profesional. Esta denigración, junto con la desaparición de la figura del aprendiz lleva a que los oficios manuales estén cada día más abandonados, háblese de mecánica, de costura, de fontanería entre otros muchos. 

Actualmente se detecta en los sectores que precisan de oficios una falta de personal cualificado. Hay que pensar que, cuando en algún sector falta mano de obra capacitada esto no se arregla de la noche a la mañana. Formar personal que domine un oficio requiere unos años de aprendizaje, lo que lleva a que se genere un vacío en esa profesión durante un prolongado periodo de tiempo.

Llevamos muchos años sin solucionar, y lo que es peor, sin idea de querer solucionar este problema. Ello está llevando a nuestra industria -ya de por sí, escasa- y a algunos servicios relacionados con los oficios a una carencia de mano de obra. Esta carencia deriva en consecuencias negativas, tanto para la economía como para la gente joven que podría tener una salida digna al mercado laboral.

Los sucesivos planes educativos que se han ido aprobando van "expulsando" a los jóvenes que no les gusta estudiar del sistema educativo y, por ende, del mercado laboral. Recuperar la figura del aprendiz en algunos sectores, facilitando su introducción en el sistema productivo, podría resultar una salida para todos estos jóvenes que no ven luz en su vida y se dedican, o bien, a estar todo el día enganchados a la tecnología, o bien, en la calle sentados en un parque o en algún banco pasando las horas sin ningún fin.

En general, sólo nos acordamos que existen estos oficios cuando tenemos algún problema doméstico. Deberíamos plantearnos que los oficios manuales son muy necesarios para el desarrollo y mantenimiento de una sociedad. Podría ser un primer paso que empezáramos a valorar, como realmente merecen, estas profesiones, potenciándolas desde una edad muy temprana para lograr revertir su tendencia.

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