APRENDER A DECIR NO.
Muy posiblemente, en los aspectos más importantes de nuestra vida, la palabra más difícil de pronunciar con todo su sentido sea NO. Cuando dices "no" estás dejando un camino para escoger otro. Erróneamente solemos decir esta palabra a personas allegadas que, en modo alguno, la merecen. Lo hacemos, como coloquialmente se dice, "porque alguien tiene que pagar los platos rotos".
Algunas veces nos falta atrevimiento o poder para decir "no" por las consecuencias negativas que pueda tener contra nosotros, ya que contrariamos a quien tenemos enfrente como puede ser nuestro jefe, cliente o alguien que no esté dispuesto a aceptar esta contestación. Determinadas personas aprovechando su posición de dominio, o incluso por puro egoísmo fuerzan la situación para evitar recibir una respuesta negativa.
La palabra en cuestión hay que decirla en determinadas ocasiones, de hacerlo continuamente nos quedaríamos solos en muy poco tiempo. Decir NO es muy importante, y nada fácil, cuando se trata de cosas o hechos que afectan a decisiones de nuestra vida y nuestro bienestar. Es, en estos casos, donde la expresión toma todo su sentido respecto de la decisión que tomemos.
La utilización de este término debe partir de un sólido argumento en nuestro interior, con el fin de tener claro hacia dónde queremos ir tanto personal como profesionalmente. En ambas circunstancias, casi todos, nos hemos encontrado en situaciones desagradables que nos han afectado directamente. Aquí es donde hay que ser capaz de decir NO para quitarnos el gran peso que no decirlo suele acarrear.
En el lado opuesto, aceptarlo un "no" también es complicado. Lo es, porque lo estamos mirando desde nuestra perspectiva, que suele ser egoísta. Si nos pusiéramos en el lugar de la otra persona tratando de ser objetivos, seguramente entenderíamos su posición y veríamos que tiene unas razones o metas muy válidas para tomar esa decisión. Saber encajar con entereza un "no" supone una señal de respeto por nuestra parte hacia la persona que nos da la negativa.
Aprender a decir NO, es un acto de madurez y valentía. Es una elección para hacernos crecer como personas y decidir cómo queremos ser. El "no", no se debe nombrar por egoísmo, debe tener un objetivo al cual queramos llegar para responder a preguntas como: qué amigos quiero, qué trabajo quiero, qué deseo en mi vida. Aspectos donde esta palabra alcanza su máximo esplendor. En estas circunstancias, es cuando probablemente nos creará problemas, bueno, más bien otras personas recelarán/se enemistaran porque no habrán sido capaces de asumir nuestra decisión.
Comentarios
Publicar un comentario