LECTORES DE UN SOLO LIBRO.

El Capitán Alatriste es un personaje creado por Arturo Pérez Reverte al que ha dedicado unos cuantos títulos. Hace años compré uno de la serie titulado Limpieza de Sangre. Lo leí por curiosidad ya que en aquellas fechas se hablaba bastante de Alatriste. Recuerdo vagamente el contenido del libro. Lo que sí recuerdo son unas palabras que llamaron poderosamente mi atención. No sé si las puso Pérez Reverte en boca de Iñigo Balboa o procedían de algún otro lugar, decían: "desconfíen siempre vuestras mercedes de quien es lector de un solo libro".

Desde que leí el libro, sin saber bien cuál es el motivo, aquellas palabras han quedado gravadas en mi subconsciente. A partir de entonces, como cualquier otra persona, he ido conociendo gente nueva y dejando atrás otra. Algunos son un recuerdo, otros siguen formando parte de mi vida. A través de todos ellos, he tratado de formar un perfil que coincida con esos lectores de un solo libro. 

En el mencionado texto, Iñigo Balboa está encarcelado por la Inquisición, las palabras se citan en un entorno religioso criticando a ésta que, amparada por Dios, dispone de un gran poder sobre la sociedad. Aparte de la religión, también se sustentan bajo una cátedra universitaria, o en algún estatus que entienden adquirido; y otro grupo bajo la ignorancia. Estos últimos suelen ser cansinos y absorbentes tornándose en un lastre difícil de soltar.

En cuanto a la cátedra y estatus adquirido suelen ser personas, normalmente listas, aunque no siempre inteligentes, que venden logros no alcanzados para buscar su propio beneficio bajo el paraguas de algún dictado ya sea económico, social o dogmático.

Independientemente del sexo al que pertenezcan, estos personajes tienen en común ser muy egoístas y adular a aquellos de quien algo pueden obtener, ya sea por dinero, o porque tienen un cargo o estatus social superior al suyo. Y también que, según la situación y el momento, alardean de dinero o de compras que han hecho, y esto contrasta con su incapacidad moral de dejar una propina o ayudar a un tercero a cambio de nada.

Estos personajes son especialmente crueles cuando tienes que convivir con ellos en el trabajo porque probablemente son tus superiores o compañeros sobre los que no tienes ningún poder. Aprender a detectarlos y no dejarse guiar por sus directrices es una forma de evitar problemas. Por todo ello, como dijo Iñigo Balboa, desconfíen siempre vuestras mercedes de quien es lector de un solo libro. Y, si pueden, aléjense lo máximo posible.

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