NO TENGO TIEMPO.
El tiempo es un "ser" realmente curioso. Siempre avanza, cada segundo que pasa ya no disponemos de él y lo restamos a nuestra vida. Por lo tanto, el tiempo ES LIMITADO lo que lo convierte en un preciado recurso. A veces pensamos que el dormir menos nos da más tiempo. Lo cual no es cierto porque para disfrutarlo el cuerpo y la mente necesitan el descanso adecuado.
Palabras muy típicas de la vida actual son: no tengo tiempo. Esta respuesta denota carencia. Al estar el día reducido a un horario aparece un problema de gestión o, más bien, de elección y elegir qué hacemos nunca es tarea fácil. La escasez del recurso nos puede llevar a escoger apresuradamente, centrándonos en el momento, sin dejarnos ver el horizonte hacia donde queremos dirigir el camino de la vida.
Para la resolución del problema hay que detectar por dónde se nos va el tiempo. Cuando empezamos con alguna tarea estamos rodeados de enemigos que nos dificultan el desarrollo de esa misión de manera diligente. En la actualidad, el principal elemento distorsionador es el bombardeo de información inútil que nos llega a través de las tecnologías y los medios, recibiendo mensajes de todo tipo ya sean al correo electrónico, al móvil o a otros dispositivos. Apuntemos en un papel el tiempo que pasamos atendiendo estos mensajes o llamadas.
Todas estas acciones están dirigidas por alguien a quien/quienes interesa que estemos ocupados en la mayor medida posible. Este permanente estado de vigilancia por nuestra parte hacia estos dispositivos hace que perdamos tiempo y, sobre todo, eficiencia en nuestro día a día. Seguramente si somos capaces de gestionar toda la información que recibimos dispondremos de más y mejor calidad de tiempo.
Lo peor de esta falta de tiempo es la aceleración que provoca, la rapidez con la que hacemos las cosas, sin pararnos a pensar que existen otras formas de actuar. Pensar nuevos modos, salirse de los estándares, aburrirse un poco suelen llevar a una mayor eficiencia y creatividad. Posiblemente para gestionarlo mejor deberíamos pararnos algún instante a pensar lo qué queremos hacer y cómo hacerlo.
Solemos acabar engullidos por la exigencia de nuestras agendas. Olvidamos pequeñas tareas o momentos, más necesarios de lo que pensamos, sin darles la importancia que merecen. Detalles como parar un momento, dar un paseo, llamar a un amigo, aportan mucho más de lo que pensamos. Aprender a manejar el no tengo tiempo es una de las mayores dificultades a las que nos enfrentamos sin ser plenamente conscientes de ello. La forma en que resolvamos esta situación marcará el rumbo de nuestra vida.
Otro ejemplo de lo dominados que estamos por los medios, no tenemos tiempo para lo importante pero si para tragarnos series de Netflix como si no hubiera un mañana. Porque el que no ha visto entera juego de tronos, la casa de papel walking dead, etc etc parece que sea de otro planeta
ResponderEliminar