Y 52 ... VISENTIN.
Surgen estas letras el 17 de julio de los corrientes, justo unos días antes de ver a Visentín, sí Visentín con "ese". Gracias a él y a otras ayudas, espero escribir unas palabras durante cincuenta y dos semanas. Adelanto la fecha de confeccionar este texto porque cuando vea a Vicente no quiero que nuestras charlas me lleven a cambiar alguna parte del contenido.
Vicente y yo, aprovechamos desde hace muchos años, algunas mañanas de los veranos para andar un buen rato. En ellas, compartimos nuestras divagaciones sobre asuntos varios. Siempre buscamos un lugar, aproximadamente a mitad de cada trayecto, para tomar un café y un agua con gas, más que hidratación lo que conseguimos es que nuestra sin hueso siga funcionando a buen ritmo.
La idea de este blog surgió en agosto de 2020. Vicente alguna vez me ha sugerido que escriba algo. Nunca le había hecho caso hasta el año pasado. En uno de estos cafés, mi mente se quedó totalmente en blanco durante unos segundos que, rara sensación, me parecieron una eternidad. Se lo confesé a Visentín y entonces le dije que durante un año iba a escribir semanalmente unas palabras. Si esto se publica habré cumplido mi promesa. Espero que así sea.
Hoy 17 de julio veo el objetivo al alcance. Soy consciente de que aún quedan algunos obstáculos que debo superar. Los primeros relatos surgieron con relativa facilidad, luego se complicó porque las ideas se agotaron, llegó "el síndrome del folio en blanco". Momentos de desesperanza, incluso pensé en abandonar preguntándome porqué hago esto. Poco a poco fui recuperando la confianza para continuar adelante y ahora que me acerco al final del trayecto las letras vuelven a fluir.
Cuando empecé este proyecto, lo primero que hice, fue recordar el consejo que un día me dieron: no mires la meta, ve etapa a etapa que la meta llegará sola. Ir semana a semana, sin prisa pero sin pausa, ha facilitado el camino. Lo que en un principio parecía lejos, a estas fechas está muy cerca. Ha sido un placer escribir estas letras cada semana, con INDOMABLE CONSTANCIA que diría Vicente.
He tenido la suerte de compartir muchos veranos con Visentín, en los que lo he conocido como la persona que es, esa persona que siempre está dispuesta a echar una mano desinteresadamente. Con todas sus virtudes, y esos defectos que todos tenemos (cojeras que diría alguien que ambos sabemos), espero seguir disfrutando de nuestra amistad y que este verano sigamos a pleno rendimiento con nuestras divagaciones. Desde aquí te doy las gracias Vicente. Muchas gracias.
Vaya contigo la salud y la gloria ¡ maestro caminante y escudriñador de lo que ilumina el cielo y olfateador de lo que mueve el viento ! Así te quiero, como un auténtico doncel, que se entrega a la amistad sin tasa ni medida. Quiérete a ti mismo, que en queriéndote nos iluminas con la luminaria del amor. Enhorabuena por ser como eres. Y de corazón mil y una gracias por profesarme y pregonar nuestra amistad. Abrazos y besos.
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