BOTELLÓN

Cualquier viernes o sábado a última hora de la tarde, a poco que uno se fije, descubre infinidad de jóvenes, en muchos casos adolescentes, con su bolsa de plástico o mochila en la que llevan el alcohol y los refrescos para acudir a algún botellón, en el que quizás, en demasiadas ocasiones se bebe más de la cuenta. Este fenómeno es más intenso en verano. No está de más recordar que ningún tipo de abuso es bueno para el cuerpo. 

Se acusa a los jóvenes de gran cantidad de males, como su falta de esfuerzo, compromiso y actitud para muchas cosas. Últimamente también han sido el blanco perfecto para culparles del aumento de los casos de COVID por incumplir las medidas que se deben tomar al respecto. 

Cada uno vemos las cosas de una manera. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con su actitud. Sin embargo, pocas veces o ninguna nos preguntamos por qué actúan así. Hay muchas opiniones, pero la respuesta correcta no debe ser fácil. El que se puedan ver tantos botellones lleva a cuestionarse en primer lugar a quién le puede interesar. Siempre es más fácil culpar a alguien que pararse a pensar en el motivo de su forma de actuar.

Todos estos chicos y chicas son el mañana. Están en una etapa de su vida en la que buscan su identidad. Se encuentran con un sistema educativo diseñado para aprobar con el mínimo esfuerzo y también para que estudien hasta una edad avanzada que podemos situar entre los 25-30 años. La sociedad les hemos inculcado que hay que tener una carrera. Esto ha hecho que se haya degradado la formación profesional y haya desaparecido la figura del aprendiz del mercado laboral privando a muchos de ellos el aprender un oficio. 

El propio sistema educativo les proporciona mucho tiempo ocioso, especialmente en verano. Nadie ha pensado, o más bien querido, en facilitarles algún trabajo u obligación para tales fechas. Entre todos les estamos enseñando a vivir en un "mundo de felicidad" totalmente ajeno a la realidad en la que van a encontrarse en breves años.

Además, les exigimos buenas notas, buen comportamiento, que sean los mejores aún sin tener cualidades para ciertas cosas, en definitiva, esperamos de ellos una perfección que raya lo imposible. Pocas veces les preguntamos qué piensan ellos, solemos demonizar a los que no estudian, como si estudiar fuera la única forma de vida. Deberíamos preguntarnos si el botellón no es una forma de protesta o algún tipo de expresión de que algo no funciona correctamente.

Comentarios

  1. Mi mujer es profesora de formación profesional, y por ella sé que existe una rama llamada "dual", en la que los alumnos hacen prácticas en empresas y algunos llegan incluso a cobrar !!!
    Lo que sí me da que pensar es lo del botellón como forma silenciosa de protesta

    Un abrazo, Ximo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog