LUIS ARAGONÉS: EL SABIO.
Casi todos sabemos quién era Luis Aragonés. Persona de carácter peculiar, controvertido, no dejaba indiferente a nadie, a unos porque lo admiraban y a otros por no ser santo de su devoción. Destacó como jugador. Luego, parece demostrado, que fue un gran entrenador. Siempre hubo una parte, especialmente de la prensa, a la que nunca gustó demasiado.
Acabo de ver un documental sobre Aragonés en el cual se repasa brevemente su vida, tanto en su época de futbolista como en la de entrenador, si bien, gran parte del mismo, va destinado a su papel como seleccionador de la España que ganó la Eurocopa de 2008. Todos los entrevistados destacan su capacidad para soportar y absorber la presión, motivar a los jugadores y la importancia que le daba al equipo como fuerza homogénea.
Capaz de cambiar la mentalidad de la selección. A base de tener fe y creer en las posibilidades se ganó la Eurocopa. Auténtico líder, que supo sacar lo mejor los futbolistas, tanto a nivel personal como colectivo. Solía hablar con ellos de forma individual para explicarles lo que esperaba de cada uno y lo que tenían que aportar al equipo.
Hay que destacar la fe inquebrantable en sus posibilidades y en las de la selección. Esa fe que se basaba en el respeto a su equipo, su pasión por el trabajo, su capacidad de liderazgo, saber rebajar la presión para el jugador y poniendo su cara en primer plano cuando había que recibir hostias que, por cierto, recibió unas cuantas.
Supo manejarse en los momentos más delicados, cuando todos pedían su cabeza, como fueron la eliminación del mundial de 2006 y las derrotas en los dos primeros partidos de la fase de clasificación para la Eurocopa de 2008. Al finalizar el mundial, decidió prescindir de algunos jugadores que hasta la fecha habían sido intocables, destacando entre todos ellos Raúl.
El no convocar a Raúl, que había sido el buque insignia de la selección en la última década, fue una especie de "desastre nacional". Luis Aragonés recibió una avalancha de duras críticas por parte de diversos medios y muchos aficionados. El entrenador, sabía mejor que nadie, que Raúl era un gran futbolista pero con el importante hándicap de que en su equipo no le encontraba sitio. El caso Raúl refleja lo DIFICIL que es enfrentarse a un sistema ya establecido tanto en el deporte como en cualquier otro ámbito de la sociedad. A pesar de todo ello, fue capaz de seguir dando la cara y mirar al horizonte que suponía la Eurocopa.
Al finalizar el segundo partido de la clasificación para la Eurocopa, que acabó con derrota, Luis puso su cargo a disposición de los jugadores, quienes eran los que realmente le importaban, preguntándoles que si el problema era él, se iba y todo resuelto. Tuvo la valentía y dignidad de pedir la confianza al equipo, todo lo demás era secundario. Ellos contaban con Luis y, a pesar de todas las presiones que recibió, tiro hacia adelante, bien es verdad, que a partir de ahí, los triunfos le avalaron facilitándole el camino.
He destacado las virtudes recopiladas según diversos testimonios. Esas virtudes que le llevaron a seguir sin arredrarse y que pueden ser un espejo para ayudarnos a superar las contrariedades que nos surgen en el día a día. Señalar que, como todos, tenía sus defectos. Mucha gente de fútbol lo apodaba EL SABIO y de una persona así llamada algo podremos aprender.
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