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Mostrando entradas de octubre, 2020
  UN FILOSOFO DE LA VIDA Escribo estas palabras a una entrañable persona con la que compartí muchos momentos cuando estábamos estudiando en la Universidad de Valencia. Logramos crear una sinergia que para los dos fue muy positiva. Apoyo mutuo, que sin duda, nos llevó a alcanzar el título. Enrique solía decir, el aprobado y el suspenso están hechos para el estudiante. Hace poco rememoramos algunos momentos desde que nos conocemos. Recuerdo el día que vino hacia mí en el autobús yendo a la facultad. Me "abordó", con esa sonrisa que le viene de serie y su fantástico Don de palabra. Nos presentamos, y partir de ese momento, Enrique y yo fuimos compañeros inseparables.  Enrique trabajaba en una empresa de seguros y dirigía la pequeña división que había en Valencia. Ir a su despacho siempre era motivo de alegría. Era un despacho adelantado a su tiempo. Muchas cosas que he leído después de cómo debe funcionar una organización, ya se aplicaban, de forma espontánea -o no tan espontáne...
  MI PRIMER TRABAJO.   ALGUNOS CONSEJOS QUE RECIBI. Con el paso de los años, recuerdo mi primer trabajo que fue en la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Valencia. Lo veo desde la distancia, estuve alrededor de una década, la última década del Siglo XX. Aún no he logrado entender como estuve tantos años.  En aquel trabajo aprendí a entender el mercado laboral, a conocer a las personas, tanto para lo bueno como para lo malo (tarea nada fácil). Aprendí el valor de la formación, tanto profesional como humana, aspectos en los que allí me ayudaron todos. También me llevó a ir fijando metas posteriores y que, poco a poco, se han ido cumpliendo.  Recuerdo una frase que me dijo un abogado (en la Asociación casi todos eran abogados). Me dijo: "Chimo no me escuchas", era totalmente cierto. Aquella frase la recuerdo muy a menudo. Demasiadas veces nos hablan y no escuchamos. Cuando alguien te habla para responder adecuadamente debes escuchar e interpretar bien lo que te di...
  UN HOMBRE SABIO. Hace unos quince años conocí a una magnifica persona. Desde entonces mantengo muy buena relación con él. Nunca le he preguntado lo que estudió porque aprendió, y sigue aprendiendo, mucho más de lo que estudió. Se le podría definir de muchas maneras. La definición correcta es que es un HOMBRE SABIO. Vayan estas palabras dedicadas a él y a toda esa gente que con una sabiduría, innata y popular, no está valorada como debiera. Es un magnífico profesional, siempre saca una sonrisa al cliente. Colabora al máximo para que los proyectos salgan adelante. Hombre educado y de palabra. Busca soluciones y no pone excusas. Persona con la que da gusto trabajar a su lado. Es un placer compartir un almuerzo, una llamada telefónica, una breve reunión con él. Tienes que estar siempre muy pendiente de lo que dice, particularmente cuando habla de alguna persona. Todas sus palabras tienen un profundo significado, la mayoría de las veces metafórico y muy cierto. Su forma de hablar es p...
 DIGNIFICAR LA PROFESION DE AGRICULTOR. Vivo en Alboraya, un pueblo de la zona norte de la ciudad de Valencia. Esta zona es, era más bien, conocida como la Huerta o la Vega de Valencia. Con el paso del tiempo la ciudad ha ido creciendo y se ha comido una gran parte de ella. A esto, se ha unido el progresivo abandono de la gente del campo. Hasta ahí todo normal. Cuando un país se desarrolla la gente pasa del sector primario, al secundario y luego al terciario. Esto pasa en Valencia, en España y en todas partes. Lo que no es tan normal es que la profesión de agricultor, en general, esté tan mal vista. Parece una profesión antigua, degradada, tercermundista y para gente que no tiene cabida en otros sectores de producción. Lo mismo serviría para la ganadería (como no conozco la ganadería tan en profundidad no me atrevo a hablar de ella). Por lo que sé, la agricultura, es una profesión difícil. En muchas profesiones la metodología para alcanzar un resultado es siempre la misma, por ejem...
 EL CAFE DE LAS ONCE. Hace unos días comí con un amigo, profesional independiente al igual que yo. Compartimos mesa alrededor de un par de horas. Hablamos un poco de todo: cómo está la familia, asuntos de trabajo, del COVID, de algún recuerdo, filosofamos sobre la vida. Escuche con mucho interés cuando me habló de su café de las once de la mañana. A mi juicio, sabía decisión. Me comentó, que desde hace aproximadamente 3 años, ha cogido la costumbre, de todos los días que puede, que son casi todos, salvo algún imprevisto, a las once deja lo que está haciendo y acude a una cafetería cercana a su despacho a darse SU MOMENTO DEL DIA.  Ya en la cafetería, entra, saluda y no pide nada pues los camareros ya saben su costumbre. Un café solo, una tostada de pan con tomate y un agua. Mientras se lo traen y lo toma, deja aparcado el móvil, toma el periódico y lee lo que le interesa.  Casualmente, iba yo con un cliente. Paramos a tomar medio bocadillo en una cafetería del centro de V...